12. Mis demonios
Hay días como hoy, -como anoche, que se me apareció mi abuelo todo como un calor, como un tufo de mar, potente, inevitable, - en los que mis demonios vuelven a visitarme. La cosa empezó el lunes pasado, lunes de luna llena, cuando empecé a toser como cuando era chica y mis bronquios se llenaban de tormenta. No lo hacía desde aquella vez en que mi abuela me llevó a una bruja que vivía en una carreta de gitana y, después de hacernos preguntas que nada tenían que ver con los pulmones y la salud, la bruja nos dio un mezcla milagrosa, santo remedio, para que la abuela entierre entre las plantas del patio de luz. Si se habrán desacomodado mis demonios, que en treinta años no volví a toser una sola vez ese viento seco de mariposas grises, hasta que sin querer, como en el final de un hechizo, este lunes de Iowa los pulmones se me volvieron a dar vuelta. ¿Y qué hago yo ahora sin bruja, sin abuela, sin dominio interior? Los demonios, hechos guiso, dando vueltas por la casa. Por todos lados lava.
El abuelo vino para que me acuerde de todo. De todo lo que vivimos juntos, él y yo, de todo lo que nunca dijimos, de todo lo que supimos callar.
Quiero que mis demonios se queden cerca. Los nombro, les doy soberanía. Mis demonios son. Son mis demonios. Tal vez si ahora me dejo ser, tal vez si juego a jugar me sale. Si le saco peso, si me dejo navegar, tal vez la cosa anda y no necesito más excusas para dejarme respirar.
Pasó Marte, Mercurio, y hoy, Júpiter, con mis monstruos a la vista, me decido a curarme. Mañana vuelvo a la normalidad. Una normalidad en la que ellos viven conmigo porque me sanan. Me sanan porque me hacen acordar.
*
Respiro, lato, camino, siento, circulo, muevo, digiero, pienso, pienso y digo, siento y digo, fluyo y bailo, bailo, veo, huelo, expando, lloro, toco y otra vez siento, y canto y grito y soy voz, soy movimiento, soy luz, soy agua y piel y órgano y huesos y uñas, y dientes, y pelos y ojos y mocos y sustancias gomosas, soy masa, soy materia que tiene el poder de moverse, el poder de la energía, materia que muta, se transforma, cambia, que anda sin mi voluntad. Soy.