4. Buenos Aires II (Luna de agua)
En el subte vi a una mujer con la cabeza desnuda, la piel quemada y parte de su cara aplastada. Era muy joven. También vi un chico de ojo-pirata. Ese tipo de cosas las veo siempre todas juntas, hay días en los que me despierto con el morbo atento. Después, la misma mujer subió al tren a pedir plata. No tenía manos. Su panza también estaba quemada. Me dio mucha impresión mirarla, ganas de vomitar y de llorar. No supe cómo comportarme. Nunca antes había visto a una persona tan desfigurada. Casi todos los que viajaban en el tren le dieron billetes de 2 pesos. Ésta mujer tiene un coraje descomunal, yo en su lugar no sabría cómo no morirme.
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La luna, cuerpo celeste sin luz propia, es el único satélite natural (definición: objeto de órbita alrededor de un planeta) de la Tierra y el quinto satélite más grande del Sistema solar. Es de forma esférica y tiene un diámetro de aproximadamente 3.476 km. Funciona como un espejo que refleja la luz del sol, de ahí la posibilidad de verla desde la Tierra con la que se encuentra en relación sincrónica, siempre mostrándole la misma cara. Esto sucede porque la luna tarda el mismo tiempo en dar una vuelta sobre su propio eje que en dar una vuelta alrededor de la Tierra: 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos.
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Hoy no quiero coger. Ayer tampoco quería. Hace tres días que no tengo deseo sexual y él me empieza a mirar con esa cara como pidiendo que lo saque de la agonía que jamás voy a entender porque soy mujer y no se me para nada, soy mujer y no me pasé el fin de semana viendo culos jóvenes de carnaval en una despedida de solteros en Arias. Y entonces, como una mancha de humedad en una pared vieja, aparece el pensamiento silencioso, esa esperanza que le asoma en los ojos de oveja. La misma idea que tiene mi abuela Perla, que está convencida de que si lo dejo solo o no lo mantengo contento se me va a escapar, como si fuera una cabra. ¿No es increíble que toda la satisfacción masculina y la capacidad de respetar o no a la monogamia, -que, por otra parte, es elegida-, sea nuestra responsabilidad? Y si no es eso, piensa que ya no me calienta, o que me calienta otro, o que así es el matrimonio, un pasillo gris, lleno de gente deprimida que fuma y espera.
A veces no tengo ganas de recibir nada en mi agujero rosado y caliente, hay días que quiero ser solo para mí. Probablemente sea complejo tener una fruta que cuelga y toma sus propias decisiones, lo mismo pasa con mi agujero: hay días que no tiene ganas de que lo invada nadie. ¿Cómo será salir al mundo desde ahí? Por algo no lo recuerdo.
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Afuera hay luna llena.
La luna le da convicción a mi voluntad. Es de agua.
Todos somos un 65% de agua.
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Soñé que me moría.
No hubo mecanismo de defensa, no me desperté ni me rescató una ambulancia: morí bien muerta. Tuve la sensación de apagarme de a poco, una especie de insuficiencia eléctrica en un aparato de alto consumo.
Mientras moría, pensé: me quedan muchas cosas por hacer y por decir.